MAJESTUOSIDAD PICTÓRICA DE UNA LEYENDA
“Cuando nos encontramos al pie de este mundo de cascadas, y alzando los ojos vemos a más de 80 metros por encima de nosotros, el horizonte ocupado por una línea de aguas, el asombroso espectáculo de un océano cayendo a raudales en un abismo, es casi escalofriante”
Robert Chodat (Botánico suizo 1865-1934)

Quizás no conozca, Sandra Sarraúa, artista bonaerense, hoy aquí en esta muestra, en la Casa de Misiones, la leyenda popular guaraní de la enorme serpiente Boi. Ni del sacrificio de dichos aborígenes de entregar a una bella doncella arrojándola al “Agua grande”, al río Iguazú, como ofrenda.

Quizás no sepa de Naipi, joven valiente que se rebeló a dicho sacrificio y con su amado Tarobá provocó la ira de la serpiente quien encorvó su lomo, partió el curso del río y formó las cataratas.
A él lo transformó en árboles, a ella, a su cabellera, en la caída de las aguas.
Sumergida en la Garganta del Diablo, Boi, vigila que no se unan…salvo en días de pleno sol cuando asoma el arco iris.
v No están en la obra de Sandra Sarraúa la tierra roja, ni la exuberancia de verdes, ni el color de las cataratas.
En un acto de imaginación seguro podríamos escuchar la ensordecedora musicalización de la caída del agua. Sandra Sarraúa, con grafito ennegrecido, trapeados sorpresivos y tramas difícilmente detectables, plasma sobre su soporte la lengua vigiladora de Boi, la serpiente, o quizás con penetrantes blancos replique la unión de Naipi y Tarobá. (*)

En todo caso, sus obras refieran el paisaje de los valores que se pueden admirar y nos cautivan de este escenario omnipresente.

(*) Leyenda popular guaraní

Arq, Marcial Sarrías, Noviembre 2017